Eso sí, paramos a un montón de gente por las carreteras, lo que resultó ser una experiencia fascinante y nos sirvió para comprobar que hay gente dentro de Cuba que se parece lo mismo que un catalán a un gallego, o un andaluz a un vasco.
En total hicimos en los dos coches que alquilamos unos 2.000 Km. (como me gusta conducir, no se me hizo pesado en ningún momento, salvo el trayecto Cayo Saetia-Holguin, lloviendo a tope) y paramos más de 20 veces a gente a dedo ("haciendo botella"), prácticamente sin parar, uno tras otro, lo que nos permitió conocer mucha gente. Todo controlado y muy seguro: fundamentalmente mujeres con hijos y gente joven. Muy buen rollo, ciertamente daba cosa verles en las carreteras esperando horas a que alguien les pare. Apenas hay tráfico.
En total hicimos en los dos coches que alquilamos unos 2.000 Km. (como me gusta conducir, no se me hizo pesado en ningún momento, salvo el trayecto Cayo Saetia-Holguin, lloviendo a tope) y paramos más de 20 veces a gente a dedo ("haciendo botella"), prácticamente sin parar, uno tras otro, lo que nos permitió conocer mucha gente. Todo controlado y muy seguro: fundamentalmente mujeres con hijos y gente joven. Muy buen rollo, ciertamente daba cosa verles en las carreteras esperando horas a que alguien les pare. Apenas hay tráfico.
Hemos visto poquísimo turismo por todos los sitios. No hemos sufrido el "acoso" al turista ni siquiera en La Habana. Las cosas han debido de cambiar mucho. Ni se nos acercaban. Pero todos los regalos que llevamos teníamos que darlos a escondidas.
Mucha policía, de uniforme y de paisano (más).