Y es que el Covid-19 ha paralizado el
mundo, a una velocidad inquietante. Esta crisis global nos ha dejado en shock y parece claro que deberemos de replantearnos algunas cosas porque, con el distanciamiento social y demás cautelas, quizás ya nada volverá a ser igual.
En cuanto a viajar, cambiaremos de hábitos viajeros y fantaseo -me resulta inevitable- con los muchos viajes que tengo aún pendientes de hacer y en los que, cuando sea posible, quizás haya que priorizar destinos de naturaleza o simplemente donde no haya grandes concentraciones de gente.
Las grandes ciudades puede que pierdan fuerza como destino.