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28 noviembre 2024

ERITREA 2024 november

Valle de los Sycamores
Pocos viajeros tienen a Eritrea en su radar pero, aunque el país se enfrenta a numerosos y duros problemas por la sofocante y oscurantista dictadura gobernante, paradójicamente sigue siendo uno de los destinos más pacíficos, seguros y acogedores de África.

Alejada de muchos clichés africanos, Eritrea es un país fascinante, tan sorprendente como poco convencional y, hasta hace poco, bastante inaccesible. Es el tipo de país del que la mayoría de la gente nunca ha oído hablar ni mucho menos sabría ponerlo en un mapa. 

Muy dañado por las guerras, es uno de los países menos desarrollados del mundo y sufre severas sequías. Lidera casi todos los rankings inimaginables de entre todos los países... pero por la parte inferior. Por desgracia, también en derechos humanos...

Existe muy poca información disponible. Y hay muy poco turismo. Apenas. Menos aún que en otros países africanos. En las antípodas del turismo de masas, en 2023 tan solo la visitaron 2.800 turistas (vs. p.e. Afganistán 7.000).  Resulta muy elocuente.

Ceremonia copta en Adi Keyh
Pero Eritrea, por momentos hipnótica, como destino viajero es muy auténtico, una joya escondida y un desafío apasionante y enigmático para quienes nos atraen destinos insólitos o inexplorados. Y más aún para quienes nos encanta la geopolítica –tan perversa como dinámica- y sus efectos en las sociedades, para aprender, contrastar y tratar de comprender lo que les impide decidir sobre aspectos clave de sus vidas. 

Eritrea es un verdadero  "rara avis" viajero: tiene mucha "miga" y para mí se convirtió en un objetivo prioritario. 

Vistas desde Qohaito
El país es precioso a rabiar, con impresionantes paisajes que inevitablemente me recordaban a mi querida Etiopía (aunque bastante más verde), muy tranquilo, súper amigable y en mi opinión con mucho que ofrecer. 

También es absolutamente seguro para el viajero. Y un paraíso para los amantes del “urbex”, actividad de exploración de ruinas y lugares abandonados.

El “Cuerno de África” sigue siendo un verdadero polvorín que se activa y desactiva en función de delicados equilibrios geopolíticos. La supervivencia del régimen eritreo depende de la tensión con sus vecinos. 

Palacio Imperial en Massawa
Sí. Al igual que en otras dictaduras, se utilizan enemigos externos como justificación para mantener movilizado a su ejército y unido a su sistema político, aunque la sociedad vaya por otro lado. 

El Gobierno, consciente de sus miserias y secretos, realiza una tímida apertura al turismo, desvelando la intención de comenzar a lavar una deteriorada imagen política exterior, pero permitiendo al extranjero visitar solamente las zonas que estiman “enseñables”... para que después no pueda contar cosas que no debe sobre situaciones por alguna razón ocultas a los ojos del mundo. No sorprende.

Senafe
Pese a que definitivamente puede ser uno de los países más opacos, aislacionistas y fuera de lo común del mundo, esta antigua colonia italiana tiene mucho encanto y unas vibraciones relajadas en un ambiente tranquilo. 

Lonely Planet dice de Eritrea: “históricamente intrigante, culturalmente convincente y escénicamente inspiradora, es uno de los países más reservados de África. Para aquellos que anhelan lugares fuera de lo común, ofrece desafíos y emoción por igual, con una combinación única de aspectos naturales y culturales destacados”.

En un lugar donde tu invisibilidad es imposible, puedes caminar sin recibir atención no deseada: la gente local es amable y cálida, y tan solo siente una evidente curiosidad por tu presencia porque apenas reciben turistas, sobre todo en las áreas más rurales…y todo ello pese a una realidad represiva y miserias ocultas a los ojos del viajero, lo cual sucede en muchos otros países también de contrastada mala reputación en derechos humanos.

Keren
Una de las naciones más nuevas y más pequeñas de África tiene uno de los ejércitos más grandes de la región. Y esto se debe al “Servicio Nacional” que –tras su fase inicial de 18 meses de formación militar- puede continuar siendo obligatorio durante muchos años, a veces indefinidamente, tanto para hombres como para mujeres.

Mercado Medebar en Asmara
Eritrea, un régimen de partido único, permanece bajo el férreo control de la élite paranoica, corrupta y poderosa del partido gobernante

He visitado muchos países con este marchamo, y este nuevo viaje ha tenido dos caras, como ya me esperaba, con una fachada de luces (muchas) y de sombras (pocas, a  los ojos del turismo). El país no ha celebrado desde 1.993 elecciones generales multipartidistas y hay instaurado un clima de miedo social normalizado. 

Un país que ha comenzado a impedir que sus deportistas de élite (atletas y ciclistas) compitan fuera de sus fronteras por temor a que ya no regresen, algo que ya venía sucediendo... como pasaba en Cuba.

Mercado de Ganado en Keren
Mentiría si dijese que he vivido de primera mano la compleja y trágica realidad de Eritrea, donde la represión y la militarización obligatoria indefinida están llevando a miles de jóvenes a huir desesperados del país. Porque no he sentido más amargura e impotencia de la tristemente habitual cuando viajo a África..., siendo honesto, muy poco de esa dura realidad me resultó evidente: la gente no habla de ello por miedo. Hay temas que son tabú. Y tiene sentido.

Edificio Fiat Tagliero, en Asmara
El famoso apodo de "la Corea del Norte de África” subraya una realidad preocupante: durante mi viaje me quedé con una cierta sensación generalizada de temor social contenido. Y esta dura analogía me sirvió como conmovedor recordatorio de la urgente necesidad de un cambio transformador.

Playa de Gurgusum, en Massawa
Pero si bien este panorama puede parecer muy desalentador, los eritreos son gente simpática, amable y bien predispuesta a recibir al extranjero que se aventura a visitar su país. Eritrea es rica en costumbres, paisajes, aromas y culturas étnicas, con la covivencia pacífica y ejemplar de una variedad de religiones, como ortodoxos, coptos y musulmanes sunitas, entre otras. Y es una sociedad tan golpeada por las guerras que solo anhela la paz. 

Este pequeño país del “Cuerno de África” se independizó en 1.993 de Etiopía y siguió bañada por 1100 km de costa, prácticamente vacíos, en el Mar Rojo. 

Es un destino único con un enorme abanico de riquezas culturales, históricas y naturales que se mantienen intactas. Multilingüe y multiétnico, es un país de dos caras y con muy graves injusticias, pero me ha regalado una aventura viajera muy sorprendente, con paisajes y momentos espectaculares y gente local muy hospitalaria y, en general, orgullosa de un pasado colonial italiano de 50 años.

Tribu Rashahida, en Massawa
Podría ser una mezcla casi perfecta entre África y algunos países árabes. Se suele decir que allí el tiempo parece haberse detenido. Y es cierto. Durante todo el período de colonización, los italianos impregnaron el país tanto arquitectónica como culturalmente. 

Durante 1 semana, en este road-trip de 700 km. estuve casi incomunicado, sin internet, visitando los lugares más emblemáticos pero dejando de lado otros (muchos) aún restringidos al turismo e incluso a los propios eritreos, y que suponen una verdadera incógnita para el mundo. En la Pandemia “cerraron” (aún más?) el país durante 1 año y dicen que hubo unos 10.000 contagios y solo 100 fallecidos por el Covid-19. 

Desafortunada, muy marcada por las guerras, Eritrea es además uno de los países más pobres del mundo, con una pobreza estructural arraigada, en especial entre las comunidades rurales y algunas minorías étnicas. Por ello, ha sido también un viaje solidario con la entrega de unos 10 kg de material médico, escolar y ropa.

Mercado agrícola, en Asmara
Por su estrecha cercanía a Etiopía (mi 2º destino favorito visitado) y por lo complejo de su situación social, económica y de libertades, este viaje me ha entusiasmado porque es casi como una prolongación étnico-cultural de Etiopía... solo que con aún menos turismo. 

Los mermados derechos humanos no me han impedido disfrutar de esta nueva experiencia. Todo es compatible pero hay que tenerlo interiorizado: Eritrea es una de las peores tiranías del mundo, un país que muchas ONGs describen como “una enorme prisión” donde el sistema gubernamental de reclutamiento forzoso atrapa a los ciudadanos (hombres y mujeres) durante largos períodos de su vida adulta.

Se afirma sin matices que es el país más hermético de África y el tercero del mundo tras Corea del Norte y Turkmenistán, aunque se respira tranquilidad, relajación y apenas ves policía uniformada (aunque hay una densa red de agentes de seguridad vigilando). 
Palacio Imperial, Massawa

He visitado hasta ahora muchos países en los que no se respetan los derechos humanos: para mí Eritrea no ha sido novedad... como también le sucede a mi querida Etiopía, otro fabuloso destino viajero con falta de libertades y flagrante menoscabo de derechos humanos.

Pero cuando se visitan, uno no simpatiza ni se relaciona con sus gobernantes (pienso en países como p.e. Siria, Iraq, Irán, Myanmar y otros en África). Vivir una experiencia así, y visibilizarla después, creo que es más positivo que boicotearlos. Es mi opinión. Conocer un país "problemático" está por encima del comportamiento sus líderes. Pese a esta firme reflexión, diré que hoy solo tengo vetado a la espectacular Afganistán… y no es ni mucho menos por un problema de seguridad.

Para mí se han cruzado allí demasiadas e inaceptables líneas rojas, sobre todo con las mujeres. Desde agosto 2021, los talibán han institucionalizado su discriminación. En estos años, han expandido las restricciones sexistas que ya impusieron durante su primera etapa en el poder, lo que se ha traducido en la progresiva expulsión de la mujer de espacios públicos. A nivel educativo, las niñas ya no pueden acceder a la educación secundaria y las mujeres no pueden ni ir a la Universidad ni trabajar fuera de casa, incluso con una "ley del silencio" que declara la voz de la mujer como algo que solo puede ser escuchado "en casos de necesidad". Y han ordenado a todas las ONG "nacionales y extranjeras" que despidan a todas las mujeres que puedan tener contratadas. Con esto, la verdad, no se me ha perdido nada por allí.

Colegio cerca de Dekemhare
Estás leyendo un modesto Blog de Viajes sin publicidad ni  ingresos. Un hobby sin pretensiones. No soy periodista ni pretendo serlo. 

Solo cuento lo que veo cuando viajo y siempre opino libremente de aspectos delicados que trascienden a mis viajes, como hice en las publicaciones de Irak, Siria, Líbano, Irán, Socotra (Yemen), etc. No me suelo quedar nunca con "la primera capa" en este tipo de países y me gusta profundizar más lo normal.

Pero poner luz y orden a todo lo que quería contar tras esta nueva e insólita experiencia viajera, sin ser demasiado especulativo ni innecesariamente explícito, no ha sido sencillo por cautelas lógicas. 

Hay que viajar informado. Viajar sin prejuicios, pero como siempre con información previa, me hizo estar más concienciado ante lo que me podía esperar de Eritrea, para tratar de esclarecer mejor algunas incógnitas que me rondaban, entre ellas por ejemplo, el altísimo número de refugiados eritreos que pide asilo en Europa.

Información totalmente pública y basada en testimonios directos dados por veraces, procedente de fuentes tan poco "sospechosas" de nada, como Reporteros sin Fronteras, Amnistía Internacional, Human Rights Watch e incluso Naciones Unidas, me ha permitido desentrañar una preocupante realidad oculta en Eritrea, de la que luego hablaré más a fondo. 

Asmara

Y también me ha servido para poder conformar una visión global de Eritrea más equilibrada y en absoluto contradictoria ni desalineada con tantas y rotundas denuncias e informes de abusos desde muchos organismos internacionales, sino más bien complementaria a la observancia de una fachada previsible que, por cierto, me ha parecido mucho más "amable" de lo que me esperaba. 

Y todo ello me ha permitido, aún siendo plenamente consciente del "espejismo", disfrutar de este extraordinario viaje con un inusitado interés. He aprendido mucho en este increíble país, tan hermético, que me ha encantado.

La increíble nostalgia colonial de su capital Asmara, la hipnótica decadencia del precioso casco histórico de Massawa en la costa y el vibrante Mercado de Ganado de Keren, han sido quizás los tres indiscutibles highlights de este asombroso viaje por el tiempo.

Me siento afortunado por este nuevo acierto viajero: ha sido todo un privilegio haber podido conocer Eritrea antes de que empiece a llegar más turismo -como p.e. ya le está sucediendo a la isla de Socotra (Yemen), que pude visitar en 2021- o de que las cosas puedan empeorar... por repentinos nuevos conflictos bélicos, no tan imprevisibles en el  Cuerno de África.

Esta publicación la dividiré en 4 apartados:

1. ALGUNAS GENERALIDADES
2. MI ITINERARIO
3. LA CARA OCULTA DE ERITREA
4. LA TRASTIENDA GEOPOLÍTICA

Como siempre, dejo aquí un video grabado en 4K de este fabuloso VIAJE A ERITREA

Te lo cuento todo a continuación, espero que te guste.