Era un sueño poder ir a NYC. La teníamos tan idealizada, y nos gustó tanto, que la experiencia fue apasionante.
Es una gran ciudad con muchas posibilidades y esto hace que una buena preparación del viaje y una buena guía te ayuden al máximo, como en ningún otro lugar.
El tipo de cambio eur/usd a 1,45 cuando fuimos, increiblemente bueno, lo que sumado a una oferta de vuelo excelente con Air Brussels desde Bilbao a JFK vía Bruselas, hizo que este viaje de 10 días fuese algo más ajustado; los taxis, que fue el medio de transporte que más cogimos, eran mucho más baratos que en España, y con distancias mucho mayores.. aunque he de decir que el (imprescindible) paseo en helicóptero echa por tierra un presupuesto contenido.
Cogimos un hotel (Vincci Avalon) ubicado a solo 2 min. del Empire State Building y la estación Penn, y estábamos entre la mundialmente famosa Quinta Avenida y Madison. Un acierto porque una vez que vas, para tan pocos días, uno prefiere estar en el cogollo y en un hotel razonable.
Ciertamente NYC me dejó embobado y le sacamos chispas, pateamos lo que no está escrito y vimos todo lo que materialmente nos dió tiempo, y todo nos parecía un espectáculo visual, recordándonos tantas y tantas películas y series.
NYC se ha convertido en los últimos años y por méritos propios en la capital económica y cultural más importante del mundo. Ofrece un ambiente y un estilo de vida único que es difícil de contar, hay que vivirlo y disfrutarlo.
Este viaje fue lo que siempre me había imaginado y me entusiasmó.
Adelante...