El haber visitado ya en 2005 Tikal, Chichicastenango y La Antigua (en Guatemala), Chichen Itzá, Tulum y Cobá (en Mexico) y en 2014 Xunantunich y Cahal Pech (en Belice) ayudó a una mejor interiorización de lo que se nos avecinaba en este viaje, prometedor y excitante.
Nos propusimos alquilar un coche y recorrer (en total) 1.800 km por Chiapas y el sur de Yucatán, con una primera noche obligada en Ciudad de Mexico y dos vuelos internos (DF-Tuxtla y Chetumal-DF).
13 días que nos han dejado un excelente sabor de boca, no solo por lo gastronómico (excelentes tamales, quesadillas, tacos de todo tipo, guacamoles con totopos, y salsas de picosas a "muy" picosas) y los sorprendentes vinos mexicanos de Baja California, sino porque al final ha resultado ser un fascinante viaje por el tiempo.
Dos partes MUY diferenciadas: 7 días de naturaleza casi mística (pueblos y cultura indígena, y ruinas mayas) acompañados de 6 últimos días en la zona de Bacalar y frontera con la ya visitada Belice, lejos del turismo de masas de Riviera Maya, que ya conocí en 2005.
Estaba avisado de que no había problemas de seguridad en los lugares a visitar tanto en Chiapas (pudimos ver varios carteles, en ruta, con "Chiapas, el Estado más seguro de Mexico") como en el sur de Quintana Roo, donde realmente había poco turista. Una gozada (era el objetivo).
Dos partes MUY diferenciadas: 7 días de naturaleza casi mística (pueblos y cultura indígena, y ruinas mayas) acompañados de 6 últimos días en la zona de Bacalar y frontera con la ya visitada Belice, lejos del turismo de masas de Riviera Maya, que ya conocí en 2005.
Estaba avisado de que no había problemas de seguridad en los lugares a visitar tanto en Chiapas (pudimos ver varios carteles, en ruta, con "Chiapas, el Estado más seguro de Mexico") como en el sur de Quintana Roo, donde realmente había poco turista. Una gozada (era el objetivo).
Chiapas, uno de los estados más pobres y, dicen, con mayor amor propio de Mexico ha resultado ser una zona cautivadora, llena de colores, sabores y contrastes. Solo ensombrecida en parte debido a las tediosas carreteras y sus "topes" (badenes).
Quien no haya estado allí o tenga pensado visitar Chiapas en coche, deberá tener muy presente que las velocidades medias no superan los 30 km/h debido a malas carreteras e insufribles y numerosos "topes" (varios, antes y después de cada pueblo, y también -lo peor- en medio de la nada).
Tanto es así que -una vez visto el problema- esto nos obligó a modificar la ruta ya planificada del viaje y, en vez de pasar dos noches en Campeche, cancelar esas reservas e improvisar sobre la marcha una noche más en Palenque (en nochevieja) y otra en Mahahual (año nuevo).
Este viaje tuvo un delicioso final en la costa del Caribe frontera con Belice, en rincones con poco turismo y por ello doblemente deliciosos.
Momentos para un recuerdo imborrable: San Juan Chamula y las ruinas mayas de Toniná, que consiguen impresionar.
Y sigo contando...