Decidí ir a Polinesia por libre: pedí presupuestos a varias agencias y el precio era exorbitado. Elegí algunas de las llamadas "Islas de la Sociedad".
3 dias en Moorea , 4 en Bora Bora y 1 en Tahiti. Los hoteles, un acierto (no recomendaría otros, por lo que vimos): en las dos primeras islas eran una especie de cabañas-bungalow en 1ªlínea, amplias y a escasos 10 metros del agua. Precio muy razonable y excelente cocina, ambiente familiar. Habitaciones reservadas 10 meses antes, y el vuelo con un año de antelación y precio super-barato, todo con Air France, facturando en Bilbao directamente a Papeete, vía París y L.A.
MOOREA: Es una isla pequeña, con las laderas de sus montañas cubiertas de plantaciones de piña, aguacates y pomelos entre pequeñas cascadas y una exuberante vegetación verde. Bordeada por playas perfectas y un mar intensamente azul, es un lugar que parece inventado para el placer de bucear, nadar y relajarse.
BORA BORA: La isla es un pequeño volcán extinto rodeado de una laguna cerrada por un arrecife coralino. Las aguas de la laguna tienen todos las gradaciones posibles de azul y verde y hay mucha vida submarina.
Romántica y tranquila, Bora Bora propone planes fáciles para disfrutar de esta naturaleza espectacular: siestas bajo los cocoteros, buceo con tiburones, paseos por la laguna, deportes acuáticos, ...
Poca gente en este paraíso terrenal.
MOOREA
A 8 minutos de avión de Tahití (o en 30 minutos escasos en transbordador), es un verdadero jardín sobre una laguna perfecta. Isla adoptada por numerosos pintores, artistas y escritores, su dulzura, su naturaleza preservada y su encanto particular, nos sedujo de inmediato.
El hotel, perfecto y bien de precio: http://www.lestipaniers.com/
Recortada por dos bahías majestuosas, la bahía de Cook y la bahía de Opunohu, el relieve verde de la isla contrasta rabiosamente con el azul de la laguna. Sobre la arena blanca de sus playas, anidados en jardines, se esparcen los bungalows de numerosos hoteles y pensiones familiares que permiten gozar, en las mejores condiciones, de la quietud de Moorea.
Moorea es conocido por el "shark feeding" (dar de comer a los tiburones, junto con enormes mantas) en sus lagunas, tour organizado por varios clubes de submarinismo que siempre depara sensaciones fuertes a los amantes de los fondos marinos.
BORA BORA
Este volcán surgido en medio de (dicen) una de las lagunas más bellas del mundo, “La perla de la POLINESIA”, siempre nos hará soñar. Su majestuosa silueta está esculpida por las cumbres de sus tres montañas. La más alta es Otemanu, con más de 700m. La generosa naturaleza ha obsequiado a esta isla con una laguna de aguas translúcidas de inconmensurable belleza, jalonada de numerosos islotes paradisíacos. Una gozada.
El hotel, familiar, regentado por Vlada, un europeo del este, muy simpático y atento. Y la ubicación, sencillamente increible, frente al volcán de la laguna.
http://www.boraborahotel.com/Eden_Beach_hotel.html
MOOREA: Es una isla pequeña, con las laderas de sus montañas cubiertas de plantaciones de piña, aguacates y pomelos entre pequeñas cascadas y una exuberante vegetación verde. Bordeada por playas perfectas y un mar intensamente azul, es un lugar que parece inventado para el placer de bucear, nadar y relajarse.
BORA BORA: La isla es un pequeño volcán extinto rodeado de una laguna cerrada por un arrecife coralino. Las aguas de la laguna tienen todos las gradaciones posibles de azul y verde y hay mucha vida submarina.
Romántica y tranquila, Bora Bora propone planes fáciles para disfrutar de esta naturaleza espectacular: siestas bajo los cocoteros, buceo con tiburones, paseos por la laguna, deportes acuáticos, ...
Poca gente en este paraíso terrenal.
MOOREA
A 8 minutos de avión de Tahití (o en 30 minutos escasos en transbordador), es un verdadero jardín sobre una laguna perfecta. Isla adoptada por numerosos pintores, artistas y escritores, su dulzura, su naturaleza preservada y su encanto particular, nos sedujo de inmediato.
El hotel, perfecto y bien de precio: http://www.lestipaniers.com/
Recortada por dos bahías majestuosas, la bahía de Cook y la bahía de Opunohu, el relieve verde de la isla contrasta rabiosamente con el azul de la laguna. Sobre la arena blanca de sus playas, anidados en jardines, se esparcen los bungalows de numerosos hoteles y pensiones familiares que permiten gozar, en las mejores condiciones, de la quietud de Moorea.
Moorea es conocido por el "shark feeding" (dar de comer a los tiburones, junto con enormes mantas) en sus lagunas, tour organizado por varios clubes de submarinismo que siempre depara sensaciones fuertes a los amantes de los fondos marinos.
BORA BORA
Este volcán surgido en medio de (dicen) una de las lagunas más bellas del mundo, “La perla de la POLINESIA”, siempre nos hará soñar. Su majestuosa silueta está esculpida por las cumbres de sus tres montañas. La más alta es Otemanu, con más de 700m. La generosa naturaleza ha obsequiado a esta isla con una laguna de aguas translúcidas de inconmensurable belleza, jalonada de numerosos islotes paradisíacos. Una gozada.
El hotel, familiar, regentado por Vlada, un europeo del este, muy simpático y atento. Y la ubicación, sencillamente increible, frente al volcán de la laguna.
http://www.boraborahotel.com/Eden_Beach_hotel.html
Alquilamos coches (conducen por la izquierda) en ambas islas, para conocer todos los rincones, y también un barquito.
En las dos hicimos también mucho snorkel, de lo mejor que recuerdo: dos veces con tiburones y con manta-rayas (que se dejaban dar de comer a la boca). Pa flipar y no olvidar en la vida. Todo espectacular, sin paliativos.
Lástima la cantidad de perros abandonados que hay en el islote principal de Bora Bora. Con mala pinta, en algunos sitios en cuanto te bajabas del coche, venían ladrando y resultaba bastante amenazador...una pena. Así la gente no sale de sus hoteles...
Además de los precios absurdamente extratosféricos para todo (ok, son islas remotas...but), nos llamó la atención que el lujo está "escondido" en grandes resorts over-water de 1.000 euros solo alojamiento; visitamos varios hoteles haciéndonos pasar por huéspedes y nos resultaron disuasorios, ya no solo por precio sino por el ambiente en el interior...serio, afrancesado y muy pureta, lo cual casi es lógico.
Mezcla de Maldivas y Costa Rica, las islas me parecieron impactantes y paradisíacas hasta límites insospechados, aunque cuentan con escasos recursos y alicientes para un turismo de masas (lo cual siempre agradecemos) y apuestan por una exclusividad en parte cuestionable ya que, para ser honesto, debo decir que si uno quiere ver sitios tan alucinantes como la Polinesia Francesa, con garantías, los podrá encontrar en otras como Fernando de Noronha en Brasil o caribeñas como Los Roques en Venezuela y Providencia en Colombia, todas ellas también muy poco frecuentadas, con un precio mucho más asequible, más cercanas a España, con un similar "impacto" en la retina y que ofrecen también playa y aventura.
Una gozada de viaje.
Kaixo!
ResponderEliminarMuy guapos tus viajes...je..je..
La Polinesia Francesa mi sueño...q envidia!
Ale...a viajar!